Cuántas veces hemos hecho algo aconsejados por alguien a quien conocemos
Hemos comprado un libro recomendado
Hemos cenado en un sitio con buenas referencias
O hemos consultado a un profesional que nos han aconsejado.
Muchas veces, en muchas ocasiones, hacemos algo guiado por los demás.
También sucede que muchas veces obramos así con las personas
Las personas que nos rodean son para nosotros mapas por interpretar
Mapas que no siempre interpretamos de la manera correcta
A veces seguimos rutas que nos sugieren
Otras planteamos nuestro itinerario en función a los consejos de otros viajeros
Consejos que pudieron ser efectivos para los demás, pero pueden no serlo para nosotros.
Cada vez que aparece una persona en nuestro camino, iniciamos un viaje.
El viaje de conocerlo
Que no sirvan de nada todo lo que nos hayan contado sobre ese camino
Que un camino sea inhóspito para alguien, no debe hacer que no lo recorramos
Que nos demos el gustazo de descubrirlo por nosotros mismos
Aunque sea un trayecto corto, una ruta de esas que te reconfortan
O el viaje de nuestras vidas
Lo haremos mejor a ciegas, con ojos cerrados
Sintiendo las vibraciones como los sordos ó escuchando leves susurros
Dejando la mente en blanco, como el que resetea un GPS
Y así empezando a viajar
Empezando
Siendo cada uno el que traza su propio recorrido
El que con su propia experiencia interpreta las coordenadas
No utilizando los libros de viaje de los otros
Puedes consultarlos, incluso para volver a empezar si equivocas el trazado
Pero, siempre dejándote guiar por los trazos de las sensaciones
Avanzando, haciendo pausas, tomando desvíos, conduciendo de noche
Pensando en lo maravilloso de explorar, cada persona
Cada mapa por interpretar.
