La Piedra

Soy muy de frases, mucho, a veces demasiado
Me parece que esconden mucha sabiduría popular
Esa que no viene en los libros, esa que viene de la vida
Frases como “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”
Esas que hablan de nuestra capacidad innata de repetir nuestros desaciertos
Esas que me llevan a preguntarme, si alguna vez aprendemos de ellos
O si lo hacemos cuando nos lleva de la mano la desazón del tropiezo
O si no lo hacemos porque en el fondo nos gusta tropezar
Puede parecer raro pensar que nos gusta equivocarnos una y otra vez, pero pasa
No sé si es consciente o inconsciente, pero pasa
Sucede que aún viendo la piedra, seguimos en línea recta hacía ella
Y luego entonamos el lamento, por qué nadie la ha quitado de nuestro camino
Sucede aún cuando pasa el tiempo y las situaciones se repiten
Ocurre cuando el tiempo pasa, pero nuestro yo  invisible, ese que nos mueve, no se mueve
Cuando se queda abrazando a la piedra, en lugar de darle un puntapié
Entonces es cuando vemos que no hemos aprendido
Que sólo hemos ganado en canas, arrugas o momentos efímeros de felicidad y tristeza
Cuantas “heridas” tenemos que hacernos en la piedra para aprender
Esa medida de la resistencia a avanzar, a mejorar, es personal e intransferible.
El primer paso, para no repetir un mal paso, es darse cuenta  de lo que impide avanzar
Sea una piedra en la mitad del camino, un comportamiento inadecuado
El miedo a los cambios en nuestro “cómodo” discurrir diario
O al dolor de las viejas heridas al adentrarse en una aventura conocida
Quitar de la mochila, piedras viejas y convertirlas en guijarros,
En guías para adentrarnos en nuevos caminos por explorar
Para marcar un camino en lo desconocido, para que no nos lastren
Para que nos ayuden, para que no nos limiten y nos hagan avanzar.

Yo Quería

Hoy quería escribir y he preparado todo
Quería y he comenzado varios caminos, volviendo atrás para volver a empezar.
No encontraba la unión de ideas y letras que me llevasen a donde quería llegar
Y así, una y otra vez, querer y no poder
Empezando y volviendo al punto de partida: Quiero escribir hoy.
Sintiendo que estaba fallando en un propósito del día
Hoy que mis dedos iban al des compás con mi mente.
Entonces he pensado algunas otras veces que he fallado en un propósito
Cosas grandes o menos grandes, que pensaste plasmar en real
Que se quedaron perdidas, en una larga lista de cosas que yo quería
Simplicidades como hacer abdominales a diario, o beber menos coca cola
O profundidades como repetir, como si la hubiese calcado, un modo de actuar errático
Ni en un extremo, ni en otro, hay que mirar alrededor para encontrar una razón.
Sólo hay que mirar en uno mismo, pero hacerlo con atención.
Mirando lo que nos late en el corazón, 
Escuchando lo que vemos que hacemos.
No escudándonos en casi nada, para no hacer lo que queríamos hacer
Sólo en nuestro orden de prioridades, en base a nuestras posibilidades.
Y recordar, cuantas cosas hemos querido:
Yo quería hacer cosas que aún no he hecho
Yo quería hacer cosas, que luego no quería hacer realmente
Yo quería dejar de hacer cosas que no quería hacer
Yo quería, saber lo que realmente quería y estoy en ello
Y de esta noche en que quería escribir y no podía he aprendido cosas…
A veces no se pueden imponer los ritmos, 
A veces no siempre es quiero ir por aquí, teniendo que ir por allí.
Siempre es vital no sentir que has fallado, 
Mejor pensar que la próxima vez pondrás un poquito más de ti
O que la próxima intentona será la buena
Como el surfista cogerás la ola buena,
Que te llevará donde verdaderamente quieras
Un ejemplo es lo que quería escribir, que no se parecía en nada a este escrito
Cuando deje de pensar lo que quería hacer,
Vi las teclas conectarse con mi mente y bailar
Y al final conseguí lo que quería, cumplir ese propósito del día
Todo lo que acabas de leer, lo he escrito sin pensar
Pues no me ha importado, borrar para re intentar.

Cuando escribes....

Cuando escribes, hablas sin despegar los labios

Es tu mano, la que dice lo que el corazón piensa

Cuando escribes te dejas llevar, piensas sin pensar

y no dejas a tu cerebro analizar lo que expresas

Cuando escribes, gritas sin gritar

Sueltas el amor, el dolor, la ilusión y todo lo que sientes

Cuando escribes, aún cuando parece, que lo haces te representas

Conectando emoción y razón, para mostrar lo que ves

Cuando escribes, sueltas lastre y creces

Con cada unión de sílabas, deshaces nudos dentro de ti.

Cuando escribes, las mismas palabras serán diferentes una vez leídas

Ellas no cambian, cambian las experiencias vividas de los ojos que les dan vida

Cuando escribes, te sientes bien aún sin saber el motivo

Incluso cuando escribes sobre algo que te duele, te produce paz

Escribir es la mejor manera de tener memoria

De dejar constancia de todo lo que te ha rodeado

Lo que creías que pasaba, lo que creías que sentías…

Todo, así queda, el papel ni es selectivo, ni olvida

Para olvidar lo escrito, debes romperlo

Un modo figurado de romper con el pasado plasmado en tinta

Con las emociones rojas que fluían por ti y que plasmaste en negro

Letras, trazos, garabatos acelerados que hablaban de una parte de ti

Una parte que entonces te parecía el todo, lo más importante

Y que ahora puede no representar nada

O suponer el origen del presente palpitante

Un nuevo empezar, que será posible porque un día escribiste

Un día te enfrentaste al reto de llenar lo blanco de vida

Cuando escribes, es sencillo, vives

Cuánto más escribes, más y mejor vives.