Correr no es huir

Me pongo mis cascos, ajusto mis segundos pies, completó el ritual y....
y dejo salir a mi yo libre
Y es que correr no es huir, es avanzar.
Es una forma de retarme a mí misma
De marcarme objetivos para superar
Una distancia más larga que alcanzar
Un crono que rebajar
Un reto que no depende del frío o del calor
Un desafío que no teme al desencuentro del fracaso

Correr no es huir, es crecer
Correr es una metáfora en muchos aspectos de la vida
En lo positiva, acabar una carrera y terminar pensando en preparar la siguiente

Pero a mí correr sobre todo me enseña en los peores momentos
Cada prueba la preparo con mimo, poco a poco
Sumando carga de preparación y dejando en el camino lo mejor de mí

Lo hago aunque al final no consiga cruzar la meta
O el kit del corredor no sea lo prometido.
O pese a no tener corona de laureles que reconozca mi pasión
Lo hago por qué para mí correr es ser.

Ser, pese a las caídas, los pinchazos y las viejas lesiones que molestan
Dolores físicos, dolores grabados en mí piel y la memoria
Dolores que me hacen a veces dudar si merece la pena seguir corriendo

Dudas que desaparecen, cuando un nuevo reto me ilusiona
Cuando empiezo a coger poco a poco el ritmo
Cuando paso de andar, a trotar, poco a poco.
Cuando ganó velocidad y vuelvo a correr
Vuelvo a recordar que sí me desafió, que corriendo soy más yo
Que no sería la misma, sino siguiese corriendo.