Tus propias rebajas.

Cada mañana, o a veces la noche anterior, afrontamos una pregunta
Que me pongo?
Una pregunta que lleva a respuestas muy diferentes
Estudiar el look y diseñar el modelo perfecto para la batalla diaria.
No pensar, abrir los cajones y vestirse con lo primero que cojan tus manos
Y así en cada casa, cada comienzo la misma liturgia, envolvernos
Piel en telas, estados de ánimo en colores, intenciones en tejidos
Tejidos que se ven, que tapan lo que no se ve
Un anti  traje nuevo del emperador, un caparazón externo que admirar o criticar
Que no dejan nuestras “vergüenzas” al aire
Y deja nuestras apariencias expuestas.
No se ven la pana, la seda, el lino o el algodón que envuelven mente y corazón
Si están perfectos, arrugados, deteriorados, o apolillados sus ideas e impulsos
Cuando miramos, vemos el  estado del continente, no el contenido
Lo que nos motiva, ilusiona, impulsa, aquello que nunca puede estar de rebajas
Si se queda al 50%, tú darás un 50% de lo que puedes ser.
Hay que renovarle el fondo de armario, cada cierto tiempo.
Dejar salir ideas que fueron, para que entren otras que vendrán.
Habrá objetivos de temporada y proyectos atemporales.
Conserva los básicos que te hacen sentir cómoda
Atrévete, a probar distintas tendencias e influencias
Renuévate por dentro y cambiarás por fuera
No hablo de invertir en lo que te viste
Hablo de no dejar que las rebajas lleguen a ti.